La última actualización se ha realizado el 04/05/2022. El artículo ha sido revisado por Julio Gómez Relinque.
La pérdida auditiva es la alteración sensorial más frecuente en el ser humano. De hecho son varios los factores de riesgo de hipoacusia a los que nos exponemos cada día.
En este artículo analizamos estos factores de riesgo que pueden desencadenar en hipoacusia y cómo podemos prevenirlos.
1. Factores de riesgo de la sordera
Entre los desencadenantes más comunes de la hipoacusia nos encontramos con antecedentes familiares, infecciones de oído, ruidos fuertes, medicamentos ototóxicos y envejecimiento.
2. 1. Antecedentes familiares

En la actualidad, alrededor de la mitad de los casos de sordera se deben a causas genéticas. Hoy en día se pueden detectar inmediatamente gracias a un cribado neonatal que se realiza mediante otoemisiones acústicas.
La hipoacusia congénita puede ser causada tanto por mutaciones que hayan podido alterar a los genes, como por los agentes que pueden dañar el oído durante el desarrollo el embarazo.
Se estima que la mutación puede darse hasta en 80 genes diferentes, pudiendo provocar la sordera congénita no sindrómica, es decir, aquella que no presenta ninguna otra patología asociada.
La pérdida auditiva congénita va en los genes, en aquellos familiares que sean portadores de la mutación que no necesariamente tienen por qué padecer hipoacusia.
Por lo tanto, cuando los padres padecen esta mutación en sus genes, ya sean dominantes o recesivos, sus hijos podrán padecer pérdida auditiva congénita.
La mayoría de niños con hipoacusia nacen de padres oyentes. Del mismo modo, las parejas con hipoacusia también pueden concebir un hijo que no presente ningún tipo de pérdida auditiva: un fenómeno que se conoce como CODA.
2. 2. Infección en el oído medio
Habitualmente las infecciones de oído son una propagación de bacterias o virus que se da en el oído medio.
Estas infecciones de oído resultan muy molestas. Se manifiestan como una inflamación y acumulación de líquidos justo detrás del tímpano, afectando también a los 3 huesecillos.
Ante el primer síntoma, es urgente acudir al especialista médico ya que una otitis recurrente o no tratada puede derivar en una pérdida auditiva permanente.
2. 3. Trauma acústico
El trauma acústico es una lesión del sistema auditivo en el oído interno, debido normalmente a la exposición constante a ruidos estruendosos. Este factor de riesgo es una causa de las causas más comunes de hipoacusia neurosensorial.

El daño que se produce dentro del oído interno puede ser causado por no proteger nuestros oídos al sonido de alto volumen de forma prolongada.
También se enfrentan al riesgo de padecer hipoacusia a consecuencia de la exposición al volumen:
Personas que asisten con frecuencia a conciertos y aficionados a las armas de fuego o a otros ruidos extremadamente fuertes también se encuentran en situación de riesgo de padecer hipoacusia.
2. 4. Medicamentos ototóxicos
Los medicamentos que pueden dañar el sistema auditivo son aquellos que se usan para el tratamiento de infecciones graves o enfermedades poco comunes, como el cáncer, la epilepsia o enfermedades del corazón.

Son fármacos capaces de provocar lesiones irreparables en los oídos. Dañan las células sensoriales de nuestro oído interno o en el complejo vestibular pudiendo afectar no solo a la pérdida de audición sino también al equilibrio.
La pérdida auditiva podrá ser temporal o permanente en función de la dosis ingerida, el tiempo de duración del tratamiento, la combinación con otros medicamentos, edad, estilo de vida, etc.
5. Envejecimiento
La pérdida auditiva asociada a la edad es habitualmente conocida como presbiacusia. Este trastorno se presenta aproximadamente en un 25% de las personas en edades entre los 65 y 75 años de edad y en el 70 a 80% de los que tienen más de 75 años.
El deterioro cognitivo que llega con el paso de los años también afecta al sistema auditivo, principalmente a nivel del oído interno y de nervio auditivo.
Este tipo de hipoacusia aparece de forma progresiva, con unos primeros síntomas muy leves difíciles de percibir:
- Mala comprensión de las palabras en entornos ruidosos.
- Especial dificultad para interpretar sonidos agudos.
- Ver la televisión a un volumen mucho más alto de lo habitual.
- Dificultad para seguir una conversación y concentrarse en conversaciones de grupo.

Tener en mente estos factores de riesgo nos ayudará a prevenirlos. Ante los primeros síntomas de hipoacusia, acudir a un centro auditivo nos nos permitirá conocer nuestro nivel de audición y evitar los posibles desencadenantes de sordera.
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Julio Gómez Relinque
Audioprotesista con más de 8 años de experiencia en diferentes centros auditivos de España. Embajador 2020 Forward Thinking. Seleccionado para proyectos en GoLatam 2018. Actualmente Director de Audiología en Audifono.es