10 sonidos más molestos para el oído

La última actualización se ha realizado el 01/04/2022. El artículo ha sido revisado por Sheila González.

El oído humano es especialmente sensible a ciertas frecuencias de sonido, lo que hace que muchos sonidos resulten desagradables e incluso dañinos para nuestra audición.

Aunque cada oído es distinto, en este artículo te contamos qué sonidos son más molestos para el oído humano, por qué el cerebro los rechaza y qué consecuencias tiene su exposición constante.

1. ¿Qué sonidos puede percibir el oído?

El campo tonal describe las frecuencias de sonido que son perceptibles para el oído humano. En un oído sano, este rango se sitúa entre los 20 y los 20.000 Hz.

Ante la aparición de ciertas enfermedades o patologías auditivas, como la presbiacusia o la hipoacusia, este espectro auditivo varía entre una u otra persona. El campo auditivo se divide en tres tonos:

• Tonos graves, entre los 20 y los 250 Hz.
• Tonos medios, entre los 250 y los 2.000 Hz.
• Tonos agudos, entre los 2.000 y los 5.000 Hz.

Cuando el campo auditivo se sale del rango de percepción establecido, hablamos de ultrasonidos (por encima de los 20.000 Hz) o infrasonidos (por debajo de los 20 Hz). La mayoría de personas no son capaces de percibirlos.

Si el cerebro o los oídos no presentan ninguna afección que dificulte la audición, la persona podrá recibir todas las frecuencias audibles que lleguen del entorno en un volumen de audición de entre 20 dB y 90 dB.

Una persona que no es capaz de percibir el sonido por encima de 90 dB es diagnosticada con hipoacusia, y será el médico quien prescriba el mejor tratamiento para corregir la pérdida de audición.

2. Los sonidos más desagradables para el oído

Clasificar los sonidos en molestos o agradables depende tanto de su frecuencia tonal, medido en Hz, como de la presión sonora, medida en decibelios.

Los sonidos más desagradables para el oído humano son los que se sitúan en tonos de alta frecuencia, también un alto nivel de decibelios. Solo imaginarlos ya puede resultar incómodo:

• Las uñas contra la pizarra. 
• Un tenedor contra un plato.
• Una explosión.
• Un instrumento desafinado.
• Un altavoz acoplado.
• Un bebé llorando.
• Un tren al frenar.
• La alarma de un coche.
• Un grifo que gotea.
• Un taladro contra la pared.

Aunque todos estos sonidos se sitúan en diferentes ondas de frecuencia, su exposición diaria resulta desagradable para la mayoría de personas en el espectro auditivo.

3. ¿Por qué nos resultan molestos estos sonidos?

Muchos de los sonidos a los que nos enfrentamos en el día a día generan un enorme estrés en el cerebro, en especial los tonos agudos, que se sitúan entre los 2.000 y los 5.000 Hz.

Es la exposición prolongada a estas frecuencias, también a un alto volumen de decibelios, los que pueden provocar algunos de los problemas auditivos más comunes, como hipoacusia o tinnitus.

Otras patologías de carácter neurológico también presentan una hipersensibilidad al sonido que provoca que ciertas frecuencias de sonido resulten aún más incómodas. Algunas de estas patologías relacionadas son la misofonía, el autismo o la epilepsia.

4. Qué hago si los sonidos molestos dificultan mi día a día

Si percibes una incomodidad excesiva en tus oídos, podrías estar padeciendo algún tipo de afección auditiva como acúfenos, perforación timpánica o incluso hipoacusia.

Ante cualquier duda, consulta con tu centro auditivo para que revisen tu salud auditiva y el audioprotesista pueda recomendarte la solución más adecuada para solventar el problema.

5. Preguntas frecuentes sobre los sonidos más desagradables para el oído

¿Qué sonidos lastiman los oídos?

Los oídos más molestos para el oído humano son los situados en altas frecuencias, los situados en tonos agudos. Los sonidos por debajo y por encima del campo tonal también causan incomodidad para quien los percibe.

¿Cuál es el sonido más estresante del mundo?

La exposición constante a altas frecuencias de sonido a altos niveles de volumen puede estresar al cerebro. Si no se trata, puede provocar patologías como tinnitus, rotura del tímpano o hipoacusia progresiva.