Aunque la pérdida auditiva puede aparecer a cualquier edad, es cierto que las personas mayores suelen ser las más afectadas. Si tú o algún familiar os encontráis en la tercera edad, podéis aprovechar los siguientes consejos para la sordera en la tercera edad.
1. ¿Qué es la presbiacusia?
Así como la pérdida auditiva se conoce como hipoacusia, la pérdida auditiva producida por la edad es conocida como presbiacusia. Esta se origina debido al deterioro de las células ciliadas del oído, encargadas de detectar y transmitir los sonidos al cerebro, las cuales no se regeneran.
La presbiacusia es uno de los trastornos más comunes en los adultos mayores y se produce de forma progresiva, afectando generalmente a ambos oídos. Suele aparecer alrededor de los 50 años y se acentúa a partir de los 60.
2. Otras causas de la sordera en la tercera edad
La presbiacusia no es la única causa de la sordera en la tercera edad. La hipoacusia puede presentarse a cualquier edad como consecuencia de alguna patología o por la exposición al ruido.
Algunas de las principales causas de la pérdida auditiva son las siguientes:
- Infecciones graves en el oído.
- Medicamentos ototóxicos.
- Malformaciones o lesiones en el sistema auditivo.
- Exposición a ruidos fuertes.
- Genética.
3. Consejos para personas con sordera en la tercera edad
Aunque tener una pérdida de audición puede hacer que se reduzca la calidad de vida, siguiendo los siguientes consejos podrás conseguir una calidad óptima.
3.1. Usar los audífonos adecuados
Cuando la sordera es parte de la vida, los audífonos también se vuelven parte de ella. Gracias a ellos podrás comunicarte con los demás. En este sentido, la elección de un buen audífono es fundamental.
Antes de mirar el precio, hay que asegurarse de que el tipo de audífono elegido satisface todas las necesidades auditivas. Además, es conveniente que se adapte al estilo de vida, en aspectos como recargabilidad, conectividad, resistencia, etc.
3.2. Cuidar los audífonos
El cuidado de los audífonos es algo esencial. Se debe evitar mojarlos si no están diseñados para ello, apagarlos cuando no se usan, limpiarlos de forma adecuada, retirar las pilas si no se usarán por un periodo largo… Así como recordar hacerles mantenimiento y las reparaciones necesarias.
También es importante guardarlos en un lugar seco y fresco, pero de fácil acceso para cuando se necesiten en la mañana.
En el caso de las residencias para mayores, es recomendable marcar los audífonos para evitar extravíos.
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3.3. Hacerse revisiones periódicas
La pérdida auditiva suele ser progresiva, sobre todo aquella producida por la edad, por lo que estar atento a la salud auditiva es importante para reducir al máximo su deterioro.
Las revisiones periódicas sirven para valorar los niveles de audición, reajustar los audífonos si es que ha habido un cambio y prevenir que la pérdida auditiva siga empeorando.
En el caso de los pacientes de la tercera edad, se recomienda realizar pruebas auditivas por lo menos una vez al año.
3.4. Eliminar el ruido de fondo
Incluso con el uso de audífonos, mantener una conversación en un lugar ruidoso puede ser difícil para una persona con déficit auditivo.
Un ambiente sin ruido de fondo, como el televisor o la radio, hará más fácil entender las conversaciones. Al reducir el esfuerzo, eso también evitará el cansancio al final del día, lo que se traduce en una mejor calidad de vida.
3.5. Comunicar a otras personas la situación
No hay por qué sentir vergüenza por tener un problema auditivo. Informar a los demás de ello puede ser beneficioso. Esto les hará saber que deben tomar medidas adecuadas para comunicarse con la persona afectada; hablar de forma clara, mirarle de frente, tener paciencia, etc.
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Además de informarles del problema auditivo, también se les pueden dar recomendaciones respecto a cómo dirigirse; por ejemplo, dejándoles saber que gritar no es necesario.
3.6. Seguir las recomendaciones de los especialistas
Los profesionales de la salud auditiva son los que mejor saben cuidar la audición del paciente; el otorrino, el audiólogo y el audioprotesista. Por ello recomendamos seguir sus instrucciones al pie de la letra.
Algunos de los cuidados más comunes incluyen evitar el contacto de los oídos con el agua, evitar los sonidos fuertes, usar protectores para los oídos, controlar el volumen de los auriculares, etc.
4. Recomendaciones al conversar con sordos de la tercera edad
Si el afectado es algún familiar o conocido, también hay recomendaciones que puedes seguir para garantizar una mejor comunicación.
- Mirar de frente al hablar: el lenguaje corporal y las expresiones corporales pueden comunicar mucho a los demás, incluso si no han entendido del todo lo que se ha dicho.
- Respetar los turnos: las conversaciones en paralelo, y el hecho de que una persona hable encima de otra, puede dificultar la comprensión para la persona con audífonos, por lo que debemos evitarlas, respetando el turno de palabra.
- Reformular las oraciones: algunas personas tienen dificultad para escuchar ciertos sonidos específicos, especialmente los agudos, por lo que hay palabras que no servirá repetir. En su lugar, recomendamos formular oraciones cortas y sencillas.
- Hablar claramente: una persona con sordera no necesita que se le hable en un tono de voz más alto, los audífonos se encargan precisamente de amplificar los sonidos no audibles, pero sí requieren que se les hable con claridad, ya que se les puede hacer difícil procesar las palabras.
- Evitar los espacios ruidosos: el ruido ambiental dificulta la escucha para las personas con presbiacusia. Intenta proponer espacios donde no haya mucha gente, no se escuche el ruido de coches, no se exceda el volumen de la música, etc.